Real Valladolid: ¿afición o negocio?
- informavalladolid
- 10 may 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 20 may 2019

La directiva no cesa de calentar el tema Zorrilla en el momento más inoportuno. El director de presidencia, David Espinar, ha hecho arder la mecha en la tertulia de la Cadena Ser y el Diario As al comentar que valoran, incluso, la posibilidad de construir un nuevo estadio fuera de la ciudad. La reacción del alcalde, Óscar Puente, no se ha hecho esperar y ha asegurado que no va a admitir ningún chantaje respecto a la venta del José Zorrilla y la remodelación del mismo. El edil se pregunta si la vinculación a la ciudad no importa y, sobre todo, cree que la declaración, a unos días de las elecciones, no es nada inocente.
Según Puente, para la remodelación se preveía una inversión de 20 millones de euros de los que 5 serían aportados por el Ayuntamiento, pero cuando Ronaldo llegó al club elevó el gasto hasta los 40 millones, una cantidad que tendría que poner el consistorio o buscar financiación. En ese momento, se planteó la venta del estadio porque, según Puente, el desembolso no era asumible para la ciudad. Aún así, el ayuntamiento puso a disposición del club un terreno para empezar un posible nuevo proyecto, por lo que es evidente que las declaraciones de Espinar no sólo son un chantaje a la ciudad de Valladolid, sino que abren un enfrentamiento del todo inadmisible cuando el club se está jugando la permanencia.
Detrás de la operación de la ciudad deportiva y la rentabilidad del Zorrilla no sólo está Ronaldo, sino, sobre todo, el dinero con el que compró el Real Valladolid y quien lo sustenta: Julio Senn y el fondo buitre Ben Oldman Partners, fundado por el español Isaac Benzaquen, con sede principal en Luxemburgo. Los aficionados saben que los fondos buitre ni son hermanitas de la caridad ni aficionados al fútbol, sino amantes exclusivos del dinero y se plantean si este proyecto hará de verdad crecer al club o sólo los negocios de un puñado de inversores sin escrúpulos.
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